El 15 de mayo se cumplieron 75 años de la declaración unilateral del estado de Israel y el comienzo de la catástrofe palestina, lo que la población autóctona denomina, en árabe, la Nakba. En honor a la verdad, el proyecto de eliminación de la población nativa del territorio palestino para instaurar un estado para los judíos se comenzó a gestar medio siglo antes, coincidiendo con la fundación del movimiento sionista, y más de siete décadas después, aquella campaña de limpieza étnica continua en vigor; adecuada, eso si, a los requerimientos de los tiempos modernos. En aquél tiempo, las cruentas masacres perpetradas por los grupos paramilitares sionistas empujaron al exilio a más de 800.000 palestinas y palestinos. Hoy en día, en cambio, y para dar garantía de perpetuidad a ese territorio conquistado palmo a palmo, el régimen israelí utiliza, entre otros procedimientos, infraestructuras permanentes, entre ellas la linea de tranvía que comunica las colonias de Jerusalén Este con el casco urbano. En la construcción de ese tren ligero está involucrada la compañía vasca CAF, que ha visto cómo la participación en ese proyecto criminal ha dañado notablemente su imagen corporativa a nivel internacional.
Así las cosas, y tal y como el régimen israelí utiliza sus aparatos de propaganda para blanquear su imagen pública, los agentes y compañías internacionales implicados en sus políticas coloniales también necesitan de efectivas campañas de blanqueamiento para camuflar sus prácticas poco éticas. En el caso de CAF, la estrategia que utiliza para desviar la atención pública sobre sus prácticas criminales es el apoyo y la financiación de iniciativas relacionadas con el euskara y la cultura euskaldun; ya sea financiando un kilómetro de la Korrika, o como en las últimas semanas, impulsando los premios a la investigación científica en euskara CAF-Elhuyar. Es la estrategia que se ha dado en llamar Euskalwashing.
Durante los últimos días el movimiento BDS de Euskal Herria ha denunciado esta práctica a través de un articulo publicado en varios medios de la prensa vasca, por lo que hemos querido invitar a un miembro de este movimiento a analizar este caso en los micrófonos de Uhintifada. Peio, integrante del BDS, nos explica en su intervención que han intentado sin éxito ponerse en contacto con la fundación Elhuyar, para que deje de prestar su imagen a la campaña de blanqueamiento de CAF. En cualquier caso, anuncia que el p´roximo 10 de junio la compañía guipuzcoana celebrará su Junta Ordinaria de Accionistas en su sede de Beasain, y como cada año intentarán que el tema de la participación en el proyecto ilegal de Jerusalén esté sobre la mesa. Para ello han organizado una protesta frente al lugar del encuentro que esperan sea masiva y a la que invitan a todas las personas sensibles con la defensa de los derechos humanos en Palestina.
|