En riesgo la vida e integridad personal de preso político de cárcel de Palmira-Valle Inprimatu
2015/11/02

carcelLUIS EDUARDO GALVIS RIVERA es un preso político víctima de un montaje judicial orquestado por el extinto DAS y la Fiscalía General de la Nación; actualmente privado de la libertad en el establecimiento penitenciario y carcelario de Palmira – Valle. El 15 de octubre de 2015 al salir del taller en horas de la tarde, cuando transitaba hacia el pabellón A del establecimiento al pasar frente al calabozo de Luis Ángel Alegría Mezú fue agredido por esta persona quien le lanzó excrementos contra su humanidad  y lo amenazó reiterándolo como en otras oportunidades, que lo asesinaría cuando tuviera la oportunidad de hacerlo, no solo a Luis Eduardo, sino al resto de presos políticos del pabellón A.

El hecho ocurrió en presencia de un defensor público que se encontraba en el lugar y de miembros de la guardia del INPEC, quienes informaron a los distinguidos CHAPARRO Y DE LA OSSA.



El recluso Luis Ángel Alegría, ha proferido en otras oportunidades amenazas contra el detenido político Luis Eduardo Galvis, situación que en oportunidades anteriores han sido denunciadas ante las autoridades competentes. Este recluso ha tenido serios problemas de convivencia y ha agredido físicamente a otros detenidos, funcionarios e incluso a la guardia, pese a ello, han intentado ingresarlo al Pabellón A, donde se encuentran recluidos varios presos políticos, a quienes amenaza constantemente en especial a Luis Eduardo Galvis Rivera.

El riesgo en que se ha puesto la vida e integridad personal de Luis Eduardo Galvis Rivera y en general los presos políticos del establecimiento penitenciario y carcelario de Palmira, es producto de la decisión adoptada por el entonces director del EstablecimientoDavid Alexander Álvarez. En un informe de los presos políticos sobre este asunto, se indica lo siguiente:

“Desde mediados del 2013 se ha vuelto permanente la persecución contra los presos políticos, desde la llegada a esta prisión como director del capitán de la guardia penitenciaria David Alexander Álvarez Cárdenas (el mismo que en estos días fue denunciado por el jefe paramilitar Diego rastrojo, por delitos cuando fue director de la prisión de Palogordo en Girón, departamento de Santander).

Ese capitán en asocio con otros oficiales de la guardia, iniciaron una campaña de desmonte del pabellón A. Primeramente bloquearon el ingreso de más presos políticos al pabellón A y enseguida procedieron a quitarnos el taller de artesanías de la madera donde trabajábamos casi todos los 48 presos del pabellón. La economía del pabellón A, giraba en un 90% en torno al taller de las artesanías que allí producíamos…

Hasta antes de la llegada del director, capitán Alexander Álvarez, venían respetando el carácter de los dos pabellones de alta seguridad, ubicando a los presos recién llegados o trasladados en el A o en el B según su pertenencia, ya fuera paramilitar o insurgente, previa entrevista con el mismo preso, evitando con ello malos tratos y probables problemas con sus enemigos.

Ya con el capitán Alexander Álvarez comenzaron a engañar a los recién llegados, sobre todo a los presos políticos, diciéndoles, “les toca el pabellón B donde están sus compañeros guerrilleros”, una vez metidos en el pabellón B, se daban cuenta de la trampa y ya no los vuelven a sacar de ese pabellón, aduciendo que son órdenes de Bogotá.

De la misma manera, fueron metiendo presos paramilitares al pabellón A, hasta el punto que ya hay más de 15 paramilitares”.

Transcurridos 13 días de ocurridos los hechos, pese a que distintas instancias del Estado colombiano fueron informados de los sucedido, las circunstancias que generaron riesgo en Luis Eduardo permanece igual por cuanto que la Directora de la cárcel Claudia Liliana Duarte Ibarra no ha adoptado medidas efectivas que protejan la vida e integridad de los presos políticos del Pabellón A, en particular de Luis Eduardo Galvis Rivera. Actualmente cursa una tutela ante un Juzgado Primero Laboral del Circuito de Palmira en la que Luis Eduardo solicitó medidas cautelares sin que hasta la fecha se haya proferido decisión alguna. 

Resulta entonces evidente que se sigue concretando la decisión adoptada desde varios años atrás de desmontar aquellos pabellones donde principalmente se recluían los presos políticos y donde se mantenían buenos niveles de convivencia. La indebida clasificación de la población reclusa, viene generando serios problemas de seguridad a los presos políticos, situación que ha sido insistentemente  denunciada.

Palmira, 29 de octubre de 2015

MOVIMIENTO NACIONAL CARCELARIO
ASOCIACIÓN DE AMIGOS, EX DETENIDOS Y FAMILIARES DE PRESOS DEL NORORIENTE COLOMBIANO